martes, 25 de noviembre de 2008

Una asturianada



Picos de Europa- Anabel Santiago

domingo, 16 de noviembre de 2008

ALMA DESNUDA

Alfonsina Storni

Soy un alma desnuda en estos versos,
Alma desnuda que angustiada y sola
Va dejando sus pétalos dispersos.

Alma que puede ser una amapola,
Que puede ser un lirio, una violeta,
Un peñasco, una selva y una ola.

Alma que como el viento vaga inquieta
Y ruge cuando está sobre los mares,
Y duerme dulcemente en una grieta.

Alma que adora sobre sus altares,
Dioses que no se bajan a cegarla;
Alma que no conoce valladares.

Alma que fuera fácil dominarla
Con sólo un corazón que se partiera
Para en su sangre cálida regarla.

Alma que cuando está en la primavera
Dice al invierno que demora: vuelve,
Caiga tu nieve sobre la pradera.

Alma que cuando nieva se disuelve
En tristezas, clamando por las rosas
con que la primavera nos envuelve.

Alma que a ratos suelta mariposas
A campo abierto, sin fijar distancia,
Y les dice: libad sobre las cosas.

Alma que ha de morir de una fragancia
De un suspiro, de un verso en que se ruega,
Sin perder, a poderlo, su elegancia.

Alma que nada sabe y todo niega
Y negando lo bueno el bien propicia
Porque es negando como más se entrega.

Alma que suele haber como delicia
Palpar las almas, despreciar la huella,
Y sentir en la mano una caricia.

Alma que siempre disconforme de ella,
Como los vientos vaga, corre y gira;
Alma que sangra y sin cesar delira
Por ser el buque en marcha de la estrella.

“Donde crecen las amapolas”

“Donde crecen las amapolas” es un nuevo taller de lectura que iniciamos con el ánimo de Incluir en la reunión bimensual un espacio para la reflexión y la neurona disfrutando de esas dos característica que tiene la lectura: esa parte personal e intima y la posibilidad de compartir sentires . Comenzamos con el libro de José Luis Sampedro :”La vieja sirena”, un canto al amor.
La reseña de “Lecturalia”

Título original:
Editorial: Plaza & Janés
Año publicación: 1990
Temas: Literatura : Narrativa
La vieja sirena de José Luis Sampedro:
Egipto, siglo III. Época de cambios y confusión. Dos grandes imperios, el romano y el persa, inician una lenta decadencia. La protagonista, envuelta en su belleza y misterio, recorrerá un apasionante itinerario hasta llegar a Alejandría, donde dos hombres marcarán su destino: Ahram el Navegante, hombre de acción sediento de poder, y el filósofo Krito, poseedor del don de la palabra...
Como en los mitos, todo en esta obra nace más de una vez porque todo en algún momento recibe una luz nueva que lo recrea y vivifica.
La vieja sirena es un apasionado canto a la vida en una novela que es tanto recreación histórica como relato fantástico de inusual lirismo y sensualidad, tanto reflexión humanista sobre el poder como aguda parábola sobre nuestro inestable presente.

Nos vemos en Xomezana el 17 de enero para hablar de ella.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Mal de muchas, problema de... ¿quién?

La violencia de género se ha convertido en la primera causa de muertes de mujeres a nivel mundial; miles de mujeres son asesinadas cada año sólo por ser mujeres. Incluso hubo que inventar una nueva palabra para nombrar este horror y la siniestra magnitud que adquieren estos asesinatos y, ahora, se habla de “femicidios”. Pero los asesinatos son el último y más tremendo eslabón de una larga cadena de múltiples y variadas formas de violencia: las violaciones y abusos, los maltratos y los golpes, el desprecio y la humillación, son mucho más habituales de lo que podemos pensar y, en la mayoría de las ocasiones, son hechos silenciados.
La agrupación de mujeres Pan y Rosas se formó a partir del Encuentro Nacional de Mujeres del 2003, en la ciudad de Rosario,Argentina .
Pan y Rosas

viernes, 7 de noviembre de 2008

Friedrich Nietzsche

El sabio es el que ha abandonado la falsa seriedad de la existencia: los suspiros sacrificados del camello-mártir, el crispado sentido del honor del arrogante león. Es el que conoce, con Heráclito, el gran secreto:
El Ser es un niño que juega.

“El tiempo es un niño que mueve las fichas en un juego.
El poder real es del Niño” (Heráclito, fragmento 52).