sábado, 9 de julio de 2011

Eugenio Montejo

Dura menos un hombre que una vela...
Dura menos un hombre que una vela
pero la tierra prefiere su lumbre               
para seguir el paso de los astros.
Dura menos que un árbol,
que una piedra,               
se anochece ante el viento más leve,
con un soplo se apaga.
Dura menos un pájaro,               
que un pez fuera del agua,
casi no tiene tiempo de nacer,
da unas vueltas al sol y se borra               
entre las sombras de las horas
hasta que sus huesos en el polvo               
se mezclan con el viento,
y sin embargo, cuando parte
siempre deja la tierra más clara.