martes, 23 de diciembre de 2008

El sanador de edificios










Friedensreich Hundertwasser (Viena, 1928-Nueva Zelanda, 2000)
Pintor, grafista y arquitecto austríaco.

“El que vive en una casa debe tener derecho a asomarse a su ventana y a diseñar como le apetezca todo el trozo de muro exterior que pueda alcanzar con el brazo. Así será evidente para todo el mundo desde la lejanía que allí vive una persona”.

Cualquier clase de diseño personal es mejor que la estéril muerte. Nuestras casas están enfermas desde que existen planificadores urbanos dogmáticos y arquitectos de ideas fijas. Todas estas casas, que tenemos que soportar por miles, son insensibles, carecen de emoción, son dictatoriales, crueles, agresivas, lisas, estériles, austeras, frías y prosaicas, anónimas y vacías hasta el aburrimiento. Nuestras ciudades son la realización de los caprichos dementes de arquitectos criminales que nunca hicieron el juramento hipocrático de la arquitectura: me niego a construir casas que puedan dañar a la naturaleza y a las personas. Un buen edificio debe lograr unir dos cosas: La armonía con la naturaleza y la armonía con la creación humana individual. Somos simples huéspedes de la naturaleza y deberíamos comportarnos consecuentemente”.
“NATURALEZA + BELLEZA = FELICIDAD “. Ésta era la máxima del artista.
Otros de sus manifiestos fueron: “Manifiesto del Enmohecimiento”, “Tu derecho a la ventana”, “Tu deber hacia el árbol”, “La Santa Mierda”

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