domingo, 15 de marzo de 2009

La «distancia justa"

Eso no significa que debamos protegernos de la relación,
«blindarnos», sino, al contrario, que podamos seguir
siendo sensibles a las emociones del otro sin confundirlas
con las propias. La neutralidad afectiva es ilusoria.
"Cuando los enfermeros aprenden a ser tiernos, recobran una cierta estima hacia ellos mismos y se agotan menos".
Se trata de dar valor a aquello que no lo ha tenido hasta ahora: la dulzura, el tacto, la presencia, y de animar a los enfermeros a asumir su humanidad delante de sus compañeros.
Con frecuencia alegamos sin razón el argumento de la falta de tiempo y de personal en las instituciones para excusar la falta de humanidad. Mostrarse humano no requiere más tiempo. Al contrario, descubrimos que en el mismo tiempo hacemos lo mismo pero mejor, mostrándonos próximos con el enfermo. Durante demasiado tiempo algunos enfermeros se han sentido mal conceptuados por ser simplemente humanos. Se esconden si tienen un gesto de ternura.Es preciso tener una cultura común de lo
humano en la prestación del servicio. Una responsabilidad colectiva.
Marie de Hennezel

No hay comentarios: