domingo, 4 de octubre de 2009

Krishnamurti.Diario

Esta mañana no había una nube en el cielo, el sol estaba en el valle y todas las cosas se regocijaban, excepto el hombre. Él miraba esta tierra maravillosa y continuaba con su trabajo, sus penas y sus pasajeros placeres. No tenía tiempo para ver; se hallaba demasiado ocupado con sus problemas, sus agonías, su violencia. El no ve ese árbol y, por ende, no puede ver su propio tormento. Cuando se ve obligado a mirar, hace pedazos lo que ve y llama a eso análisis; escapa de ello o directamente no quiere ver. En el arte de ver radica el milagro de la transformación, la transformación de ‘lo que es’. Lo que ‘debería ser’ jamás existe. El inmenso misterio está en el acto de ver. Esto requiere interés, atención, que es amor.

Al despertar, había en las mismas profundidades, en la inmensurable hondura de la mente total, ardiendo furiosamente, una intensa llama viva de atención, de percepción lúcida, de creación. La palabra no es la cosa, el símbolo no es lo real. Los fuegos que arden en la superficie de la vida pasan, se apagan dejando dolor, cenizas, recuerdos. Estos fuegos son llamados vida, pero eso no es vida. Es decadencia.

1 comentario:

Sunyata dijo...

Jiddu Krishnamurti y las Organizaciones.

"Quizás recuerden ustedes la historia de cómo el diablo y un amigo suyo estaban paseando por la calle cuando vieron delante de ellos a un hombre que levantaba algo del suelo y, después de mirarlo, se lo guardaba en el bolsillo. El amigo preguntó al diablo:

"¿Qué recogió ese hombre?" "Recogió un trozo de la Verdad", contestó el diablo. "Ese es muy mal negocio para ti, entonces", dijo su amigo. "Oh, no, en absoluto", replicó el diablo, "voy a dejar que la organice".

"Yo sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. Ese es mi punto de vista y me adhiero a él absoluta e incondicionalmente. La Verdad, al ser ilimitada, incondicionada, inabordable por ningún camino, no puede ser organizada; ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente a lo largo de algún sendero en particular. Si desde el principio entienden eso, entonces verán cuan imposible es organizar una creencia. Una creencia es un asunto puramente individual, y no pueden ni deben organizarla. Si lo hacen, se torna en algo muerto, cristalizado; se convierte en un credo, una secta, una religión que ha de imponerse a los demás. Esto es lo que todo el mundo trata de hacer. La Verdad se empequeñece y se transforma en un juguete para los débiles, para los que están sólo momentáneamente descontentos. La Verdad no puede rebajarse, es más bien el individuo quien debe hacer el esfuerzo de elevarse hacia ella".

"Ustedes no pueden traer la cumbre de la montaña al valle. Si quieren llegar a la cima de la montaña, tienen que atravesar el valle y trepar por las cuestas sin temor a los peligrosos precipicios. Tienen que ascender hacia la Verdad, esta no puede "descender" ni organizarse para ustedes. El interés en las ideas es sostenido principalmente por las organizaciones, pero las organizaciones sólo despiertan el interés desde afuera".


Fragmento del discurso de disolución de la La Orden de la Estrella de Oriente. (2 de Agosto de 1929)
http://seaunaluzparaustedmismo.blogspot.com/