lunes, 11 de agosto de 2008

Sobre la tolerancia

¿Quién no dijo alguna vez: respeto sus ideas, pero no las comparto?
He aquí una formula de urbanidad amable y civilizada pero que nos engaña sin remedio. Con semejante cortesía pretendemos dar una muestra de tolerancia hacia las opiniones de nuestro antagonista. ¿Acaso toda opinión es respetable? Pareciera que en la posmodernidad que nos toca vivir usamos esa civilizada formula de tolerancia ya que nos ahorra el esfuerzo de la discusión y del debate. A veces tan respetuosos somos de las razones del contrario, que nos guardamos de exponer las nuestras. So pretexto de no molestar a nuestro interlocutor, nos evitamos el disgusto de vernos contradichos. A la sombra de esa tolerancia es que crecen los discursos totalitarios.
¿Si me opongo o pienso diferente, debo ser tolerante y guardar esa diferencia en mi mundo interno? ¿Hasta qué punto se puede afirmar que la tolerancia es requisito para la convivencia? ¿A qué tipo de tolerancia nos referimos?
Como dice el filósofo Arteta, las ideas no se forjan ni se dicen para ser respetadas, sino para ser contrapuestas, para ser recíprocamente contrastadas y, llegado el caso, también combatidas. Preservándolas de la confrontación convertimos las ideas en dogmas.
La mayor traición a las ideas es considerarlas un asunto privado e intocable. Contrariamente a lo que opinan los dogmáticos de la tolerancia, nadie es dueño de pensar lo que piensa.
Savater dice: "Para que haya tolerancia, en primer lugar debe haber un marco de cosas intolerables. La primera tarea es marcar las áreas que no entran dentro del campo de la tolerancia: el terrorismo, la violación, la tortura. En los espacios donde reina la tolerancia hay que aprender a convivir soportando los ataques de los que desaprueban formas de vida diferentes de la suya. Una de las creencias más absurdas de nuestra época es que todas las ideas son respetables. Si bien todas las personas son respetables, no lo son las ideas."
Otro pensador, Comte-Sponville dice: "En una democracia para defender la tolerancia, la libertad o la igualdad de todos, a veces hay que hacer uso de la violencia cuando estos principios se ven amenazados. No sólo la tolerancia no es una virtud completa: aquel que tolera la injusticia o el sufrimiento, no es para los otros más que un indiferente o un egoísta, y puede renegar de sí mismo. Se trata de la ‘paradoja de la tolerancia’ que afirma que si toleráramos todo, aceptaríamos las maquinaciones totalitarias de quienes pretenden suprimir todo tipo de tolerancia".
Natan Sonis ________________________________________

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