martes, 19 de mayo de 2009

Alejandro Rossi:”Manual del Distraido"

“Las casas, esos espacios autónomos y aislados, están conectadas con la naturaleza mediante tuberías y cables: abrimos la llave y sale el agua, basta un movimiento para que se encienda la luz o para que el gas caliente la comida. Elementos indispensables que nos llegan de manera anónima y subterránea, casi abstracta, sin asociaciones, sin recuerdos, sin acercarnos a nada. Como una voz grabada que repite la hora exacta”



..”Los nuevos materiales, por otra parte, impiden que los objetos, para decirlo de alguna manera, se subjetivicen y trasciendan su utilidad inmediata. La relación con ellos es desatenta, fría, rápida, instrumentos para satisfacer necesidades, testimonios de nuestras exigencias fisiológicas, difícilmente de nuestras fantasías, preferencias, fetichismos, recuerdos, manías. La causa, se localiza en la caducidad, en el carácter efímero de estos objetos enfermos, fabricados para desgastarse, para descomponerse a plazo fijo. Los vivimos, además, como reemplazables, uno más entre muchos, en los fondos anónimos, intercambiables, cualquier tienda los exhibe y lo único que varía es el precio. Objetos sin historia, que nos rodean de soledad (81-82).

2 comentarios:

lauritalafantastica dijo...

Y entonces, cuál es su valor? El "valor" es la palabra clave en nuestra relación con los objetos, el valor es lo que define el momento en el que vivimos.
Cuando yo estudiaba, me decían en clase que las casas están vivas, respiran por las ventanas, tienen como venas pero de agua y como canales nerviosos pero de electricidad. EStudiaba arquitectura, aque parece mentira?

nalon dijo...

Creo que tiene más que ver con degradar la capacidad del hombre por la imitación, y dejarla al servicio del todo a cien. Si los objetos los incluyo en mi vida van cargados de recuerdos, tienen vida propia .
Las casas estarán vivas o muertas, según como estén los que pasen por allí. Pero los objetos fríos, los que no son tuyos, lo que el autor llama el objeto falso, la imitación, tiene matices. En literatura no se puede copiar una obra de arte sería una reproducción, en pintura sí y el que lo hace es tan artista o más que el autor. Pero los objetos como las servilletas de papel que sustituyen a las de tela en su función limpiadora o el clínex imitando el pañuelo poco tienen que ver, no da tiempo a personalizarlo, son de usar y tirar.
Puede ser que el valor, algo tan personal, haga que al final solo importe yo y mi circunstancia. Practicar el animismo y transcenderlo todo a la categoría de ser vivo, capaz de querer y ser querido. No estoy segura.