jueves, 9 de abril de 2009

Marie de Hennezel






"Las babayagas desconfían del poder del médico y la consideración de la vejez como una enfermedad. Creen que las enfermedades de los viejos son con frecuencia enfermedades fruto del aburrimiento y el aislamiento"

"Existe un maltrato encubierto, menos espectacular, mas mezquino, difícil de detectar y , sin embargo, indiscutible.La indiferencia, la falta de respeto, tutear,despertar sin corrección, platos de comida abandonados delante de ancianos que han perdido las ganas de comer. Algunas actitudes hieren. llamar a un anciano"papi" o "mami" hablarles sin dirigirse por su nombre:"¿Se ha dormido bien?¿Tenemos sed?. Poner pañales a personas que todavía se pueden mover, sin olvidar que es el mejor sistema de que se vuelvan incontinentes cuando todavía no lo son; la incontinencia , lo sabemos es nuestro miedo más profundo, porque es el símbolo de la entrada en la decadencia.Hay finalmente todo cuanto atañe a la restricción. Por ejemplo, atar a un anciano en su cama o en su sillón. El argumento de que se hace por seguridad es para justificarse, pero es inaceptable. En Estados Unidos, un estudio reciente demuestra que se produce un porcentaje de muerte ocho veces mayor en el caso de personas inmovilizadas que en aquellas a las que se han respetado su libertad de movimiento.

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