domingo, 13 de abril de 2008

Fragmento de Alfanhuí

“Alfanhuí conocía bien la leña. Sabía los maderos que daban llamas tristes y los que daban llamas alegres; los que hacían hogueras fuertes y oscuras, los que claras y bailarinas, los que dejaban rescoldo femenino para calentar el sueño de los gatos, los que dejaban rescoldos viriles para el reposo de los perros de caza.
Alfanhuí había aprendido a conocer la leña en casa de su madre donde también se encendía fuego y supo que el fuego de su maestro era como el fuego de los tios maternos, de los viajeros que llegaban vestidos de gris”
……….”Luego me explicó como era la flauta. Dijo que era al revés de las demás y que había que tocarla en medio de un gran estruendo, porque en lugar de ser, como en las otras, el silencio, fondo y el sonido, tonada, en ésta el ruido hacía el fondo y el silencio daba la melodía.
La tocaba en medio de las grandes tormentas, entre truenos y aguaceros y salían de ella notas de silencio, finas y ligeras, como hilos de niebla. Y nunca tenía miedo a nada.
Rafael Sánchez Ferlosio

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